Se sabe que los muertos, en vez de 'calaveras' escriben 'rostros' para algunos vivientes y que se los entregan en la llamada 'noche de vivos', durante sus sueños.
Recibí el siguiente rostro, sin firma:
Mira niño no alborotes
No fastidies con tus trotes
Lo que la muerte te enseña es
Que te lleva la cigüeña
Se sabe también que son muy malos versadores
😒
Se sabe que los muertos reciben de muy buena gana lo que en estos días se les ofrenda, pese a que alguna gente mal intencionada les ha atribuido por ello el mote de gorrones, del todo inapropiado.
Se sabe también que las ofrendas suelen ser poco variadas en sus contenidos, quizá hasta repetitivas; algunos oferentes lo fundamentamos diciendo que es solo una vez al año y que lo ofrecido son sus gustos, pero sin duda hay sobre este tema espacio para el debate.
Sin pretender establecer como verdad que los muertos han resentido estas dos condiciones, este año he recibido algunos indicios que pudieran apuntar -o no- hacia algunas conclusiones: los muertos trajeron en esta ocasión ofrendas para nosotros:
Mi mamá, con su acostumbrado encanto, nos estuvo relatando la historia de Santa Rosalía y de El Boleo, cuna de su madre; mi papá, con su buen cantar, nos regaló música de la costa de los misquitos, lar de su padre.
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